Una de las preocupaciones principales de todos los que convivimos con un perro es que nos preste atención durante los paseos y acuda a nuestra llamada, pero esto no siempre es fácil. Es muy importante practicar con nuestro peludo porque nos garantizará que los paseos sean seguros y nos evitarán muchos sustos pero, ¿Cómo conseguirlo?
Enseñar a nuestro perro a acudir a la llamada
Lo primero que debemos conseguir es que nuestro perro asocie una orden verbal al hecho de venir con nosotros. Podemos emplear la palabra que queramos pero que no tengamos desgastada… Si hemos usado muchas veces »ven» sin éxito, es mejor que busquemos otra y empecemos de cero.
1. Practicando en casa
Lo ideal es empezar a practicar en casa, donde no habrá riesgos ni distracciones. Si contamos con otra persona que nos pueda ayudar será mucho más fácil porque podrá sujetar a nuestro perro mientras nosotros nos alejamos y, en una distancia prudencial, usamos la orden a la vez que él lo suelta y cuando llegue a nosotros premiamos. Debemos repetir este ejercicio hasta que el asocie la palabra con la orden de acudir a nosotros.
Si practicamos solos será un poco más complicado pero también podemos hacerlo. Nos alejamos un poco de nuestro perro (si sabe que tenemos premios intentará venir detrás nuestro), damos la orden y en el momento en el que llegue junto a nosotros premiamos. Poco a poco intentaremos ir alejándonos un poco más y repitiendo el ejercicio.
Una vez que nuestro perro ya relaciona la palabra con la orden, iremos retirando poco a poco los premios en casa. Podemos llamarle y, por ejemplo, darle unas caricias o jugar un rato con él para que siga asociando el acudir con nosotros con algo positivo pero que no siempre implica comida.
2. Practicando en la calle
El siguiente paso es practicar en la calle para lo cual os recomiendo que uséis una correa larga, de unos 5 o 10 metros. Durante el paseo, cada cierto tiempo llamaremos a nuestro perro y premiaremos cuando acuda. Si vemos que esto ya está dominado, podemos comenzar a practicar suelto siempre en zonas controladas y sin riesgos hasta que estemos completamente seguros de que nuestro perro acude siempre a la llamada.
Durante estas practicas, ya sea en casa o en la calle, debemos tener en cuenta varios aspectos importantes:
- No desgastar la palabra: Si usamos por ejemplo la palabra »Aquí», no debemos repetirla 100 veces. Diremos por ejemplo »Lucca Aquí» y esperaremos a que acuda para premiar.
- No le reñiremos si no acude: Estamos intentando que nuestro perro asocie el venir junto a nosotros con algo positivo, si no hace caso y cuando llega junto a nosotros le reñimos estaremos consiguiendo el efecto contrario.
- Practicar continuamente: Una vez que nuestro perro ya controla la llamada, lo ideal es que no lo llamemos siempre cuando queramos irnos a casa o lo asociará de nuevo con algo negativo. Durante el paseo podemos llamarlo para que acuda y lanzarle un juguete, darle unas caricias, etc.
Cómo conseguir que tu perro este pendiente de ti
Aunque nuestro perro conozca la orden, nos encontramos muchas veces con perros que cuando llegan a la calle nos ignoran completamente. En los paseos, hay muchas cosas interesantes a nuestro alrededor que pueden atraer a nuestro perro y, nuestro objetivo, es que para él lo más interesante sea volver junto a nosotros.
Cuando Lucca llegó tuvimos muchos problemas en este sentido porque en la calle nos ignoraba completamente. En casa atendía a la llamada a la primera, pero en cuanto estábamos fuera (incluso con correa larga o en recinto cerrado) no existíamos para ella. Teníamos dos problemas en aquel momento, el primero de ellos era que nuestro vínculo era muy débil aún y el segundo es que ella daba por echo que nosotros la seguíamos y por tanto no le hacia falta estar pendiente de nosotros.
Lo primero que empezamos a trabajar fue nuestra relación con ella. Llevaba muy poco tiempo con nosotros y en ese periodo había pasado por un parto, una esterilización de urgencia, etc. Para mejorar el vínculo con vuestro perro os recomiendo que aprovechéis 10 minutos cada día para trabajar con él en casa. Durante ese tiempo podemos ir variando actividades: juegos de inteligencia, aprender nuevos trucos (siéntate, túmbate, da la pata…), jugar un rato, etc.
Una vez que esto se fue solucionando y que Lucca reaccionaba mucho mejor con correa larga y en recintos cerrados, nos encontramos con que en la calle seguía sin hacernos caso. La soltábamos y acudía a la llamada, salvo cuando no le apetecía y echaba a correr… Acudimos de nuevo a Rosa de Perrygatos para hacer una consulta en la que descubrimos que el problema era que Lucca no consideraba que tuviese que estar atenta a nosotros porque, si ella echaba a correr, siempre aparecíamos detrás.
Para trabajar esto lo primero que necesitamos fue buscar una zona segura donde no hubiese riesgos. Una vez allí, la solución fue jugar con ella. Comenzábamos nuestro paseo y nos escondíamos. En el momento en el que ella levantaba la cabeza como pensando »¿Y estos donde están?» la llamábamos y comenzaba a buscarnos. Al principio no se percataba de nuestra ausencia hasta que estaba bastante lejos y, en ocasiones, era necesario llamarla para que se diese cuenta de que no estábamos a la vista pero, poco a poco, no hacía falta ni llamarla ya que ella misma giraba la cabeza en todo momento para controlar por donde íbamos.
De esta forma ella fue aprendiendo a ir paseando a su aire y disfrutando de los olores y carreras pero, a su vez, estando pendiente de nosotros y acudiendo cuando la llamábamos. Aun así, sabemos que no se puede resistir a un buen baño en el río y ya la ha arrastrado varias veces así que, cuando estamos cerca, paseamos con correa.
Cada caso es un mundo, aquí tenéis unas pequeñas pautas con las que poder ir trabajando la llamada con vuestro perro pero, si aun así no conseguís que acuda en la calle os recomiendo que busquéis a un adiestrador que será de gran ayuda para analizar vuestro problema concreto. Además, si tenéis alguna consulta os recuerdo que podéis dejárnosla en los comentarios o mandando un email a info@luccalaloca.es