La Oruga Procesionaria, conocida científicamente como Thaumetopoea Pityocampa, cada vez está más presente en nuestro entorno y es un gran riesgo para nuestros perros y también para nosotros. Vamos a ver en qué zonas suele aparecer y cómo actuar ante ella.
La oruga procesionaria
Dónde aparece
La oruga procesionaria es nativa de las regiones del sur de Europa, África del Norte y Oriente Medio. Sus hábitats naturales incluyen bosques de pinos, donde las hembras depositan sus huevos en las ramas de los árboles.
Esta criatura es particularmente común en países como España, Portugal, Francia e Italia, donde los bosques de pinos son abundantes. Además, se ha adaptado a entornos urbanos, lo que significa que las personas que viven cerca de áreas forestales también pueden encontrarse con ellas en parques y jardines.
Según las últimas informaciones publicadas, el cambio en el clima está propiciando que la población de oruga procesionaria aumente. Además, la plantación de pinos en parques dentro de las ciudades y pueblos hace que estén presentes también en estas zonas.
Características y Ciclo de Vida
La oruga procesionaria es conocida por su apariencia distintiva y su comportamiento peculiar. En su fase larval, estas orugas son de color marrón oscuro a negro, con una serie de pelos urticantes que recubren su cuerpo. Estos pelos contienen una toxina irritante que puede causar reacciones alérgicas graves en humanos y animales.
Una de las características más intrigantes de estas orugas es su comportamiento gregario. Se mueven en fila india, una detrás de la otra, formando una procesión que les da su nombre común. Este comportamiento cooperativo les permite encontrar comida con mayor eficacia y protegerse de depredadores.
El ciclo de vida de la oruga procesionaria comienza cuando las hembras depositan sus huevos en las ramas de los pinos en verano. Una vez que eclosionan, las orugas se alimentan vorazmente de las hojas de los árboles hasta que están listas. Durante la fase de pupa, se entierran en el suelo y se transforman en crisálidas antes de emerger como polillas adultas en primavera.
El peligro de la oruga procesionaria
A pesar de su aspecto aparentemente inofensivo, la oruga procesionaria es una criatura peligrosa tanto para los humanos como para los animales. Sus pelos urticantes contienen una toxina llamada thaumetopoeina, que puede causar reacciones alérgicas graves en contacto con la piel o las vías respiratorias.
Los efectos que produce pueden variar desde irritación leve hasta dermatitis severa, urticaria, inflamación y dificultad para respirar. En casos extremos, la exposición a estas toxinas puede provocar choque anafiláctico, que puede ser potencialmente mortal si no se trata rápidamente.
Además, pueden ser mortales para ciertos animales, como perros y gatos. La curiosidad puede llevarles a intentar jugar con estas criaturas o incluso comerlas, y los daños que pueden sufrir son muy serios si no se actúa rápido.
Medidas de prevención
Dada la peligrosidad de la oruga procesionaria, es crucial tomar medidas para prevenir el contacto con estas criaturas:
- Evitar el contacto directo: Mantenerse alejado de los nidos de las orugas y evitar tocarlas con las manos desnudas. Intenta no salir por zonas de pinos en la época en la que están bajando de los árboles, aunque en algunos municipios eso es muy complicado porque están por todas partes.
- Control de plagas: En áreas urbanas o recreativas, se pueden implementar medidas de control de plagas para reducir la población de orugas procesionarias y minimizar el riesgo para las personas y los animales. Existen trampas para orugas que se colocan en los árboles, puedes hacer esto si tienes un terreno en el que hay pinos.
- Educación y concienciación: Informa a tu entorno sobre los peligros asociados con la oruga procesionaria y cómo identificar y evitar el contacto con ellas puede ayudar a prevenir accidentes y reacciones alérgicas.
¿Cómo actuar si tu perro entra en contacto con una oruga?
Si tu perro ha entrado en contacto con los pelos de la oruga puede que sufra irritación en la cara, las patas u otras partes del cuerpo. Uno de los síntomas más peligrosos y habituales son los daños en la lengua.
Esta se inflama y salen úlceras a lo largo de ella pudiendo llegar a producirse necrosis (muerte del tejido) por lo que actuar con rapidez puede ser crucial. Si el perro lame la oruga, a parte de los daños de la boca la inflamación puede afectar a las vías respiratorias.
Si te encuentras en esta situación debes correr a un veterinario de urgencias. Además, debes alejar a tu perro del lugar donde están las orugas y puedes lavar con agua templada la zona sin frotar. Si es en la zona de la boca hazlo de un lado hacia otro para que los pelos caigan fuera y no los trague.
¡Ojala nunca te haga falta seguir estos consejos! Pero siempre viene bien tenerlos a mano por si se da esta situación.