Continuando con las peripecias de Lucca y sus hijos hoy os voy a contar cómo fue cuidar de 5 monstruitos durante el mes y medio que estuvieron con nosotros.
Primeros 15 días
Los primeros 15 días prácticamente no tuvimos que hacer nada, ya que Lucca se encargaba de todo; ella los alimentaba, los limpiaba y les ayudaba a orinar y defecar.
Nosotros únicamente nos encargábamos de mantener el cajón limpio y la temperatura de la estancia correcta. Además, comprobábamos que los cachorros fuesen ganando peso más o menos todos por igual.
Les pusimos nombre, en parte inconscientemente, en base a alguna característica particular de cada uno para poder referirnos a ellos: Manchitas, Thor, Sustitos, Calcetines y Canela.
Tercera semana
Al cabo de dos semanas, fueron abriendo poquito a poco los ojos, aunque les costó unos días. Empezaron a ser más movidos y dar sus primeros pasos a 4 patas, aunque de momento eran demasiado pequeños y torpes para salir por sí solos del cajón.
Ya intentaban jugar entre ellos y en el momento en que Lucca entraba en el cajón se volvían locos para pillar sitio y empezar a mamar.
Cuarta semana
Una tarde, cuanto ya tenían 25 días, entramos en la estancia en la que se encontraban y nos dimos cuenta de que las cuentas no salían… En el cajón solo había 4 cachorros…
Después de los nervios y el susto inicial buscando como locos, nos dimos cuenta de que Manchitas estaba plácidamente dormida en la cuna de su madre… ¡Y ahí fue cuando la locura empezó!
Al día siguiente todos sabían salir y entrar del cajón y se pasaban el día dando vueltas por toda la estancia, con lo cual os podéis imaginar la de »regalitos» repartidos que nos encontrábamos continuamente. Era un no parar de limpiar.
Además tocaba empezar a introducir la papilla para que fuesen aprendiendo a comer algo un poco más sólido. Empleamos un comedero metálico que pesaba un poco para que no pudiesen volcarlo y que debía ser perfecto como piscina… porque todos se metían dentro a bañarse en papilla…
Les dábamos la papilla tres veces al día y cada una de las veces se convertía en una odisea. Una persona tenía que salir con Lucca de paseo para evitar que se comiese la papilla, mientras otra se quedaba con los peques comprobando que todos comiesen e intentando evitar que se rebozasen en pienso.
Quinta semana
Una vez que los cachorros sabían salir del cajón Lucca empezó a hartarse un poco de ellos. En el momento en el que ella estaba al alcance se enganchaban a la teta.
A estas alturas y gracias a Asociación 8 vidas y Red de ayuda animal ya contábamos con adoptantes para 4 de los 5 cachorros, así que llego el momento de empezar paulatinamente con el destete.
Continuábamos dándoles la papilla, pero curiosamente preferían el pienso seco de Lucca, a la cual teníamos que dárselo a parte para que no se lo robasen. Por ello, tras consultar con el veterinario comenzamos a darles pienso duro.
La despedida
Después de un mes y medio de locura entre cuidar de los cachorros, de Lucca y buscar adoptantes para todos ellos, llegó la parte más difícil: la despedida. Una vez que las protectoras concluyeron las tramitaciones,quedaron con las familias para la entrega.
Nosotros pedimos conocer a los adoptantes para poder tener noticias de los peques e incluso reunirnos de vez en cuando. Finalmente, no solo hablamos con ellos y los conocimos a todos, si no que tenemos un grupo de whatsapp a través del que nos contamos las aventuras de toda la familia peluda.
Más adelante os iremos contando con más detalle las aventuras de cada uno de ellos para que los conozcáis, pero de momento os dejo unas fotos de sus primeros días en sus casas definitivas: