Una de las consultas que nos llegan más a menudo es sobre la eliminación inadecuada de nuestros gatos. Hay varias causas que pueden estar provocando este comportamiento y, para averiguar cual afecta a nuestro gato, lo ideal es seguir una serie de pasos.
¿Qué hago si mi gato deja de usar el arenero?
Lo primero que debemos entender es que nuestro gato no orina fuera del arenero por gusto, lo hace porque algo le molesta, le incomoda, le estresa, etc. Por lo que este comportamiento nos está indicando que estamos ante un problema y nuestra obligación como dueños es comprender cuál es para poder ayudarle.
¿Has cambiado algo en los areneros?
Si en los últimos días has cambiado el tipo de arena, el arenero o su ubicación es muy probable que esta sea la causa. Los gatos son muy especiales a la hora de elegir el lugar donde hacer sus necesidades y si este no les convence, buscarán otro mejor.
Si quieres introducir una nueva arena, debes hacerlo de forma progresiva. Una opción es ir mezclando primero una pequeña cantidad de la nueva con la vieja e ir cambiando poco a poco las proporciones y, otra posibilidad que además a nosotros nos parece la mejor, es dejar un arenero con la arena antigua y otro con la nueva para ver que tal reacciona.
Si cambiamos el arenero ocurre lo mismo, no se recomienda hacerlo de golpe. Podemos colocar el nuevo cerca del viejo y, cuando nuestro gato se haya acostumbrado a usarlo, retiramos el antiguo.
Visita a tu veterinario
Si no hemos modificado la arena ni el arenero o si al volver a poner los anteriores seguimos igual, debemos acudir a nuestro veterinario a que le realice una revisión a nuestro gato. Puede que al orinar o al hacer caca tenga molestias y, debido a esto, rechace acudir al arenero porque lo asocia con algo negativo.
No está demás llevar un control de forma habitual sobre la cantidad de agua que bebe nuestro gato, cuanto orina y controlar que las cacas tengan una consistencia normal y la cantidad no varíe de forma notable o deje de hacer cacas.
Cambios en casa
Si tras la revisión veterinaria hemos comprobado que nuestro gato no tiene ningún problema de salud, debemos plantearnos que otras causas pueden estar haciendo que no utilice el arenero. Una de las más comunes es el estrés, por lo que tocará analizar la situación en casa: cambios recientes, un miembro de la familia más nervioso por alguna razón, cambios en mobiliario, cambios en las costumbres u horarios…
Cualquier pequeño detalle puede afectar a nuestro gato ya que, a pesar de su fama de independientes, es un animal social que agradece las rutinas y que nota mucho los cambios.
Consulta con un etólogo
Si no conseguís encontrar la causa del problema o lo habéis detectado pero no sabéis como ayudar a vuestro gato a adaptarse a la situación, lo ideal es que consultéis con un experto en comportamiento felino que os eche una mano. Ellos están acostumbrados a trabajar con nuestros pequeños felinos y podrán detectar el mínimo detalle que nos pueda indicar que les pasa.
Si no sabes a quien acudir, te recomiendo que consultes con Rosa de Perrygatos (en La Rioja) o con Laura de Terapia felina (en Barcelona). Ambas hacen consulta presencial pero también a distancia y su trabajo es increible. Además, como siempre, podéis hacernos llegar vuestras consultas a nuestro email info@luccalaloca.es
La importancia de la limpieza
Lo más importante para evitar que nuestro gato orine o defeque fuera del arenero es la búsqueda del origen del problema y poner solución al mismo, pero además será muy importante limpiar a fondo las superficies donde lo ha hecho.
Aunque nosotros no podamos percibirlo, si quedan restos de olor en esas zonas nuestro gato puede repetir el comportamiento. Para eliminar del todo el olor lo mejor es utilizar un limpiador enzimático que no deje residuos orgánicos.
Después de limpiarlo correctamente, podemos aplicar en esas zonas feromonas faciales. Una vez pulverizadas se recomienda esperar unos 5 minutos antes de que el gato acceda al lugar.
¿Tu gato suele orinar fuera? ¡Cuéntame tu experiencia!
[…] Los cubiertos son mucho más cómodos para nosotros porque evitamos en gran medida la salida de arena y los olores, pero debe ser nuestro gato el que lo acepte. […]