Como muchos ya sabéis hace dos meses que ampliamos la familia peluda con una nueva incorporación:

Zelda apareció en la calle una mañana cuando Lucca y yo íbamos de paseo. Yo estaba medio dormida y ella acurrucada sin decir ni »miau» , así que no la vi. Sin embargo, Lucca, que no pierde detalle de todo lo que hay en la calle, enseguida se percató de la presencia de la pequeña.

Nos acercamos a ella despacito pero ya se veía que no nos iba a poner ningún problema ni iba a echar a correr. Estaba deseando recibir atención e incluso dejó que Lucca se acercara. Le di unos trocitos de salchicha que llevaba como chuche para Lucca y los aceptó encantada.

Seguí andando a ver qué hacía y, aunque parecía que nos estaba siguiendo, de repente desapareció. Di unas vueltas más pero no la vi y, como en la zona había más camadas de gatos, supuse que había vuelto al escondite con sus hermanos.

Después de todo el día sin volver a verla, en el paseo de la tarde Lucca se puso muy pesada. Solo quería ir hacia el sitio donde por la mañana vimos a la gata, aunque no había rastro de ella. Pero claro… nosotros no tenemos el olfato de un perro…

Para que Lucca se quedase tranquila la llevamos a que viese que ahí no había nada, pero los que nos llevamos la sorpresa fuimos nosotros. Tras la insistencia de Lucca en meter el morro en un agujero nos dimos cuenta de que ahí estaba la gatita, donde prácticamente ni se le veía.

Después de un buen rato intentando sacarla, por fin lo conseguimos. Estaba muy asustada además de muy flaquita y con un ojito malo. Al verla, la veterinaria nos confirmó lo que ya suponíamos, que la camada la había rechazado por algún motivo.

Al principio tuvimos mucho cuidado en casa hasta ver las reacciones de ambas, pero desde el primer momento se pegaron como lapas una a la otra y no se separaban en ningún momento. Allí donde iba una, la otra le seguía. Y, aunque ya empiezan a pelearse de vez en cuando como buenas hermanas, siguen llevándose fenomenal.

Esta adaptación no siempre es tan rápida. Siempre que introducimos un nuevo animal a casa hay que tener una serie de precauciones para evitar problemas de convivencia y que se adapten adecuadamente entre ellos, pero de esto os hablaremos más adelante.

por Celia

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