La llegada de un bebe a casa es un momento de gran felicidad, pero los primeros días y semanas pueden ser bastante duros para la familia y para la madre en particular. La recuperación a veces no es sencilla y los primeros días cuesta volver a la vida normal, lo cual afecta también a nuestros peludos que son muy sensibles a cualquier cambio.

Una vuelta a casa complicada

El parto de Bastian fue muy bien, pero aun así la recuperación requirió unos días que se alargaron a causa de un par de infecciones, leves pero que me dejaron agotada, y la caída que sufrí unas semanas antes del parto y que me provocó un esguince fuerte del que aun me estoy recuperando.

Pese a haber trabajado con Lucca, Zelda y Link antes del parto y tener una idea aproximada de como hacer las presentaciones, cuando llega el momento y te ves agotada y con un bebé en casa con todos los cambios que supone no es todo tan fácil como lo veías antes.

Además, en nuestro caso se agravó un poco la adaptación inicial por algo que en un principio podría parecer una tontería: un nuevo perro llegó a la comunidad de vecinos. El día que volvíamos a casa, mi hermana paso a realizar la visita rutinaria a Zelda y Link y los vió nerviosos e incluso algo asustados sin razón aparente. Para prevenir, les dio su latita diaria con un relajante natural para calmar los ánimos.

Salimos del hospital a última hora de la tarde y fuimos a presentar a Bastian y Lucca que estaba en casa de mis padres. Después de casi 3 días sin vernos y con la llegada del nuevo inquilino estaba muy nerviosa. Le dejamos conocer al pequeño y estuvimos un rato con ella, pero decidimos que esa noche la pasara de nuevo allí porque sabemos que cuando Lucca esta muy alterada los gatos se asustan y así podíamos hacer las presentaciones con ellos más tranquilos.

Al llegar a casa, note que Link presentaba síntomas de hiperestesia felina (un síntoma que puede indicar estrés y del cual os hablaré más adelante) y parecía bastante asustado, lo cual se acentuó al oír el llanto del bebé, momento en el que su lenguaje corporal me indicó que tenía mucho miedo (cuerpo encorvado, piloerección, se situaba de forma lateral, orejas bajas…) Zelda también estaba algo nerviosa pero no tanto.

Viendo la reacción de Link, decidí que las presentaciones debían ser más lentas de lo esperado permitiendo a Link que se acostumbrase poco a poco a la presencia del bebe. Para ello, en primer lugar lo llevé a su habitación (en la que se quedó mientras hacíamos presentaciones con Zelda y donde cuenta con todo lo necesario: arenero, comida, agua, lugares seguros…) y le puse una lata de su comida preferida con un relajante un poco más fuerte que habíamos utilizado en una situación similar en el veterinario. Mi hermana, con la que los 3 tienen muchísima confianza, se quedo con él mientras nosotros hacíamos las presentaciones con Zelda. Ella mostró algo de curiosidad, pero enseguida volvió a sus cosas pasando de Bastian.

Los primeros días en casa

La presentación de Link llevó algo de tiempo, por lo que dedicaré un post para hablar de ella. Lucca se podía haber adaptado mucho más rápido si la hubiésemos traído a casa al día siguiente, pero ella suele ladrar con las visitas y, cuando lo hace, Zelda y Link suelen alterarse bastante por lo que decidimos que era mejor para Link que Lucca pasase un par de días más en casa de mis padres hasta que el miedo fuese remitiendo.

Con Lucca no hicimos nada especial, simplemente dejarle que se acercase al bebé, con cuidado por supuesto, pero sin impedirle que lo oliese y que estuviese con nosotros en todo momento. Su reacción fue muy buena y ha llevado muy bien la llegada de Bastian, pero también dedicaré un artículo a hablar detalladamente de ello.

Una vez en casa, pese a que intentase dedicarle tiempo también a ellos, no es tan fácil como parece. Como he comentado yo estuve bastante floja con las infecciones, el bebe requiere de tu atención 24 horas y la situación con Link hizo que tuviésemos que tenerlos separados unos días haciendo encuentros breves. Además, ello nos llevó a tener que cerrar la puerta por la noche para que Link pudiese estar por toda la casa tranquilamente salvo nuestra habitación y esto hizo que Zelda comenzase a mostrar eliminación inadecuada (algo que ya esperaba porque la conozco…)

En esos momentos con Lucca nerviosa cada vez que nos veía, Link asustado, Zelda enfadada por las puertas cerradas y aun acostumbrándonos a la vida con Bastian había ratos muy desesperantes… Yo sabía que no les estaba dedicando suficiente tiempo a los peludos, pero estaba tan agotada que no podía y eso te hace sentir impotente porque no llegas a hacer todo lo que quisieras… Por suerte, tanto mi hermana como Emilio se encargaban de pasar más tiempo con ellos para que no lo notasen tanto. También ayudó la instalación del catio (cerramiento con red del balcón) que hizó que los 3 estuviesen super entretenidos cotilleando a todas horas.

Habitualmente, si hacemos las presentaciones con naturalidad y normalidad, suelen ser rápidas y tanto perros como gatos suelen pasar del nuevo miembro de la familia pasada la inspección previa pero, como veis, en nuestro caso esto se complicó un poco.

Aun así, no hay nada que con paciencia no se pueda superar. Tras unos días de trabajo con ellos, sobre todo con Link, la vida volvió a la normalidad y pudimos disfrutar de verlos a todos juntos de nuevo. En algún momento la situación puede ser un poco agobiante porque se juntan muchas cosas y las hormonas están revolucionadas, pero en esos momentos piensa en la gran recompensa que será ver a tu pequeño crecer tan bien rodeado junto a tus peludos y sabrás que todo ello merece la pena.

por Celia

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