En un principio podemos pensar que no ya que en la mayoría de nuestros perros y gatos el ombligo es imperceptible pero, al igual que nosotros, antes de nacer están unidos a la placenta de su madre a través del cordón umbilical para poder alimentarse y al nacer este se corta quedando la cicatriz denominada ombligo.
¿Qué es el ombligo?
Cómo hemos comentado, la mayoría de los mamíferos vivíparos (crecen como embrión dentro de la madre) cuyo embarazo se desarrolla a través de la placenta estamos unidos a ella a través del cordón umbilical. Cuando este se corta tras el parto queda una cicatriz que como resultado, cuando cure, dará lugar al ombligo.
Dependiendo de como quede el corte y como cure la cicatriz el ombligo será más o menos visible, por eso en algunos animales será más visible que en otros.
¿Cómo se forma el ombligo en los perros y gatos?

Al nacer los cachorros, la madre corta poco a poco el cordón umbilical lamiendo y mordiéndolo y habitualmente se lo come junto con la placenta. Lo que queda de este forma una pequeña herida que se va secando y cae a los pocos días. Una vez que el cordón se ha caído, únicamente queda una pequeña cicatriz en la piel que muchas veces no podremos encontrar.
En ocasiones, es posible que el anillo umbilical no cierre del todo y quede un pequeño orificio por el cual puede salir algo de grasa o tejido generando una hernia umbilical. Aunque no es frecuente, la hernia puede aparecer en perros adultos.
Si vemos que nuestro perro o gato tiene una hernia debemos acudir a nuestro veterinario para que lo revise. A veces se solucionará solo cuando el orificio cierre pero en otras ocasiones será necesaria una intervención quirúrgica porque puede ser muy doloroso.
¿Cómo se solucionan las hernias umbilicales?
Las hernias suelen aparecer principalmente en la etapa de cachorro pero de forma ocasional puede aparecer en perros adultos por embarazo, traumatismos o exceso de peso. En cualquiera de los casos es conveniente que nuestro veterinario realice un chequeo.
Lo más habitual es que la hernia se haya generado al nacer, pero puede aparecer también por influencia genética. En ambos casos nos daremos cuenta de su aparición por la formación de un bulto, normalmente pequeño, en el abdomen de nuestro perro o gato.
Suele ser pequeño y no generar dolores ni problemas, pero a veces el hueco que ha quedado es grande y la cantidad de grasa que sale es importante generando molestias. El veterinario será el que deba evaluar la hernia y decidir, dependiendo de su tamaño y de las complicaciones que pueda ocasionar, si es necesario intervenir.
En otras ocasiones, se estrangula limitando el riego sanguíneo de la zona y siendo muy doloroso dando lugar a una actuación de urgencia. En esos casos, la cirugía será sencilla y normalmente la recuperación debería ser rápida.
Serán necesarios unos días de descanso y paseos cortos junto con cuidados de la herida y revisiones veterinarias, pero no es una operación que suela generar complicaciones.
El ombligo de nuestros perros y gatos
A Lucca, Zelda y Link no se les nota nada, no tienen ninguna zona sin pelo a simple vista, sin embargo Eddie tenía un bultito sin pelo. La primera vez que lo vimos pensamos que era alguna herida o picadura, pero el veterinario nos confirmó que era su ombligo.
Posiblemente al nacer tuvo una pequeña hernia y quedó el pequeño abultamiento. Nunca tuvo molestias ni se agrandó o causó problemas por lo que no fue necesario hacer nada.
Y a tu peludo ¿Se le nota el ombligo?
Jajaja, me pasó lo mismo con Pirrakas, mi primer perro. Le noté un bulto en la tripa y me lo llevé al vete, quien me dijo que era su ombligo. ¡Qué vergüenza cuando me lo dijo! jajajaj.
¡Es normal! Cómo íbamos a pensar que era el ombligo jajaja. Además ¡Más vale prevenir que curar! Ante cualquier bultito siempre debemos pasar por el veterinario 🙂
Je, me dio curiosidad acerca del ombligo en los perros, mi perro Tony Stark (Ironcan) tiene obsesion por mi ombligo, lo busca para asegurarse que sigue ahí, y yo le busco el del y ni rastro… Je si si estoy muy mal.
Me paso algo similar, mi perrita estaba terca en lamer mi ombligo y mi reacción fue decirle «he deja mi ombligo en paz, ¿a caso yo te lamo el tuyo? » y en eso dije » a caray, ¿tienes ombligo?»… Y así fue como llegué a este artículo jajaja
Jajaja nuestro perrito de acogida tiene un remolino de pelo en el ombligo, por eso se le localiza! Y de los dos gatos, uno de ellos imposible de encontrar, la otra lo tiene completamente calvo y mira que tiene el pelo largo por el resto del cuerpo!
No sabía, dato curioso gracias por compartir.
La Uma tiene un pequeñito bultito entre los pelitos! Es a la única que se le nota!!