¿Quieres saber cómo educar a un gato? Cuando un gatito llega a nuestra casa es tan adorable que nos olvidamos de que algún día va a crecer, pero si queremos evitar conductas indeseadas cuando sea adulto, debemos cuidar nuestra convivencia desde su adopción.
El proceso de educación no es tanto el enseñarle unas conductas, si no más bien de comprenderlo y crear un ambiente adaptado a todos de tal forma que podamos convivir en armonía. Hay que comprender que no se trata de un juguete si no de un ser vivo con sus propias necesidades que debemos satisfacer.
Algunos trucos para educar a un gato
No esperes que te proporcione soluciones milagrosas a ciertas conductas de tu gato, porque ante todo debemos saber que en su naturaleza está que haga cosas como subir a las estanterías o correr por la casa y debemos respetarlo.
Lo que si que voy a darte son unas pequeñas pautas que nos pueden ayudar a prevenir ciertos comportamientos comprendiendo porqué lo hacen y dándole alternativas.
Juegos con las manos
Cuando nuestro gato es pequeño, nos puede parecer muy divertido ver sus pequeños ataques a nuestros brazos y piernas. Pero piensa que ese gatito va a crecer, y con él sus uñas y dientes. Si queremos evitar ataques cuando sea mayor, debemos enseñarle desde pequeño que eso no está bien. Pero, ¿Cómo lo hacemos?
Escoge juguetes de gatos como cañas, ratones, pelotas… Cada gato tiene unas preferencias que iremos descubriendo poco a poco a medida que pasemos más tiempo con él. Normalmente, los juegos de caza les suelen encantar.
Si, cuando estamos jugando, nuestro gatito ataca nuestras manos o pies en lugar del juguete, debemos interrumpir el juego. Además, si ya tiene el hábito es importante prevenir y adelantarnos a esos ataques distrayéndolo con otra cosa.
Evita los castigos
Nuestro gato tiene que aprender poco a poco lo qué es correcto y lo qué no pero, ¿Cómo lo consigo? Los castigos físicos ¡Nunca son una opción! Solo conseguiremos que nuestro gato desconfíe de nosotros o tenga un comportamiento violento.
La mejor forma de conseguir que no realice ciertas conductas como rascar en zonas indeseadas o jugar con nuestras cosas, es proporcionarle otros objetos que cubran sus necesidades y sean más atractivos: como un árbol rascador estable, juguetes rellenos de catnip…
El rascador debe entrar en casa antes que el gato
El gato necesita rascar por muchos motivos: arreglo de uñas, fortalecimiento de sus patas, marcaje olfativo y visual… Si no le proporcionamos un lugar adecuado lo hará donde mejor le parezca: el sofá, los muebles, las cortinas…
Una vez que el gato comienza a arañar una superficie deja dos tipos de marcas, visual y olfativa (con feromonas), y será muy difícil conseguir que deje de rascar en esa zona. Para prevenirlo lo ideal es que antes de que el gato llegue a casa ya tengamos un rascador, estable y suficientemente alto como para que se estire, colocado en una de las zonas principales de casa (como el salón).
Si además tiene alguna zona de descanso, cómo una hamaca, se convertirá en el lugar favorito de tu gato para descansar.
Adaptando la casa al gatito
De todas formas, debes tener en cuenta que se trata de un cachorro que quiere descubrir mundo y tiene ciertas necesidades. Somos nosotros los que debemos tener precauciones: tapar enchufes, quitar cables accesibles, cerrar lavadora y horno, cubrir la vitrocerámica, etc.
Si el problema es que a nuestro gatito le da por arañar muebles o sofás, debemos entender que nuestro gato necesita realizar ese tipo de conductas. La mejor opción en estos casos es enseñarle a usar el rascador. Antes de tomar la decisión de adoptar, ten en cuenta que la llegada de un gatito a casa hará que nuestra casa se llene de complementos gatunos.
¿Tenéis algún truquito más?