Hoy os traemos otra historia de lucha, pero esta vez hay un gran cambio. En este caso Elena y Golfo no se enfrentan a ningún problema emocional, si no de salud. Golfo es un perro equilibrado que no tiene problemas de comportamiento ni miedos, pero hace un mes y mes le detectaron un cáncer.

Elena nos cuenta como se sintió ante la noticia, las primeras expectativas que le dieron y como decidieron luchar juntos para seguir adelante.

Su historia

Mi nombre es Elena y Golfo es mi perro, un cocker a punto de cumplir 10 años. Hace un mes, empezó a tener diarrea, unos días si otros no y no le di demasiada importancia, pensando que había comido algo que no le había caído del todo bien.

El 26 de abril, expulsa un coágulo de sangre y corremos al veterinario que nos manda un análisis de heces para el día siguiente y nos receta Metrobactin. Los resultado, dan positivo en sangre oculta, seguimos con la misma medicación y nos cita para un análisis de sangre, cabe recalcar que en ningún momento la diarrea se está tratando.

Me comenta el veterinario que puede ser un parásito en la sangre, pero no, los resultados dan una anemia de caballo y los valores muy alterados.

Este veterinario, por llamarlo de alguna forma, ya me dice por teléfono que es un tumor y que no entiende como está vivo. Yo estoy tan bloqueada y hundida que sigo con el y le hacemos una ecografía con punción de bazo. El resultado es un linfoma, aunque el informe tarda una semana en llegar, según ellos es muy agresivo y que a penas nos queda tiempo.

Les pregunto a los 3 veterinarios de las clínica y los 3, recalcan que si fuera su perro no lo tratarían porque no serviría de nada, que le disfrutarían y le dejarían ir cuando llegara el momento. También nos dan 2 protocolos de actuación con quimioterapia, muy agresivos, pero recalcando que es hacer sufrir al animal para nada. A todo esto yo le digo que nos traten la diarrea y que nos den algo para paliar la anemia, a lo que me responden que no, que si el perro está más fuerte más avanza el tumor.

Pero todo cambia el 7 de mayo, me pongo en contacto con Carlos, dueño de la Clínica San Antón en Humanes de Madrid y en ese momento, ya me dice que darle para cortar la diarrea. Ese mismo viernes, acudimos a verle, no sólo se deshace en atenciones hacia Golfo si no hacia mi, que estaba destrozada por la actuación y las palabras del primer veterinario.

Repite los análisis que dan peores resultados aún y la ecografia. El diagnóstico está más que confirmado pero él, sin dudar un segundo, nos pauta un tratamiento. Durante 5 días 1/2 pastilla de cortisona cada 12 horas, otros 5 días solo media y después 1/3 diario, omeprazol todos los días y 1/2 pastilla de quimioterapia cada 48 horas además de Metabolic para ayudar con la anemia y que nos volvemos a ver en 3 semanas.

»Nos fuimos los dos solos a la calle, yo necesitaba estar a solas con el. Paseamos un ratín, ya que el estaba cansado, y al entrar en el portal sentí la necesidad de hablar con el. Me agaché a su altura y mirándole, le pregunte, «lo intentamos bebe, luchamos para estar más tiempo juntos??» Golfo, simplemente ladeó la cabeza como escuchándome y me chupo la nariz. No necesite más y en ese mismo instante, decidí que lucharíamos juntos esta batalla.»

Volvemos pasado ese tiempo, las analíticas de Golfo, han mejorado bastante, los valores son más que aceptables para lo que tiene y el tratamiento. En la ecografia no se observa líquido ni que el tumor haya avanzado y encima ha engordado 1,400 kilos, por lo que salimos de allí mucho  más contentos.

Seguimos la misma pauta de tratamiento y nos cita para dentro de un mes. Nuestra dieta ahora es a base de proteínas, ternera, pollo, pavo y cerdo, que guisamos con verduras. También latas de sardinas en aceite, latas de comida libres de cereales y pienso de Arcana que mezclamos con el guiso que le hacemos.

Hay que ser realistas y saber que el tumor no se va a curar, que la quimioterapia no lo cura, solo ralentiza el proceso o con suerte lo frena un tiempo, pero Golfo en estas semanas ha dado un cambio a mejor muy evidente. Está contento, juega, sale a pasear, tiene más energía y sobretodo, tiene una buena calidad de vida y unas ganas de vivir envidiables. La próxima visita es para primeros de julio

Cuéntanos tu historia

De nuevo nos encontramos con otra historia de superación que nos muestra que muchas veces el tener un perro no es un camino de rosas y puede suponer muchos gastos y muchos malos ratos, pero sin duda lo compensan con creces con el tiempo que nos regalan.

Si tu también quieres contarnos tu historia escríbenos al email info@luccalaloca.es y la publicaremos ¡Estamos deseando leeros!

Puedes consultar todas las historias en este enlace

*Fotografías de Elena y Golfo realizadas por El estudio de Blanca

*Este es un caso concreto y el tratamiento no debe emplearse con otros perros. Si tu perro sufre una dolencia similar debes acudir a un veterinario que le diagnostique y te prescriba un tratamiento adecuado a su situación.

por Celia

Un comentario en «La historia de Elena y Golfo, el cáncer también existe en perros»

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