Las orugas procesionarias suelen aparecer con la subida de temperatura que se produce en primavera y verano. Sin embargo, dado el tiempo atípico de este año, nos estamos encontrado con los bosques ya plagaditos de ellas.
Además, cada vez es más común encontrarlas en parques y jardines.
¿Qué son?
Son unas orugas cubiertas de unos pelos, o tricomas, con forma de flecha o arpón y que contienen una sustancia venenosa en su interior. Cuando el pelo se rompe libera dicha toxina.
Los pinos albergan los nidos con larvas de oruga procesionaria durante 30 o 40 días, más o menos. Después de esto, las orugas bajan al suelo. Una vez en el suelo estas orugas suelen desplazarse en fila india, de ahí su nombre.
¿Por qué son tan peligrosas?
El contacto o inhalación de los pelos de la oruga causan una reacción que puede afectar seriamente a niños y ser mortal para los perros. Por ello, debemos evitar las zonas con orugas y con nidos, ya que si quedan restos de pelos en ellos, pueden ser arrastrados por el aire.
La forma de desplazarse de estos insectos suele llamar la atención de nuestros perros ,que irán a olisquear para ver de qué se trata. Si entra en contacto con ellas, nuestro perro mostrará picores en la cara, hinchazón de la lengua e incluso de la cabeza, fiebre, irritación de la piel o babeará exageradamente.
Si la lengua se ve afectada puede que nuestro perro tenga problemas a la hora de respirar, pudiendo causar asfixia. Además, se pueden llegar a necrosar la lengua y los labios.
¿Qué hacer si nuestro perro ha estado en contacto?
Si creemos que nuestro animal ha estado en contacto con procesionarias es muy importante acudir rápido al veterinario para que proporcione a nuestra mascota un tratamiento adecuado a base de corticoides y antibióticos si fuese necesario.
Podemos lavar un poco la zona afectada con agua caliente, pero en ningún caso frotar, ya que si se rompen los pelos de la oruga empeoraríamos la situación. Si la zona afectada es la boca, podemos seguir este procedimiento poniendo especial cuidado en que el agua limpie la zona pero sin que el perro la trague.
Resumen
Debemos tomar precauciones si salimos en esta época con nuestros peludos por zonas en las que haya pinos y acudir al veterinario ante cualquier síntoma o sospecha de contacto con la procesionaria.
Si podemos pasear por zonas donde haya una menor concentración de pinos, deberíamos cambiar nuestra ruta durante esta temporada.
Pero ¡Recordad! Nuestros animales necesitan actividad y disfrutar del buen tiempo. Debemos tomar precauciones pero nunca dejar de salir con ellos a pasarlo bien al aire libre.
¿Habéis tenido algún problema con la oruga procesionaria? ¡Cuéntanos tu experiencia!