Cuando Zelda llegó a casa, recién sacada de la calle y muy débil, tuvo muchos problemas digestivos. Durante el tiempo que tardamos en encontrar un pienso adecuado para ella y conseguimos estabilizarla, tuvimos muchos problemas de eliminación. ¿Por qué?
Muy fácil. Los gatos son animales muy sensibles y cuando algo les molesta, les incomoda o les duele; lo rechazan. En nuestro caso, lo que ocurrió fue una asociación negativa del arenero por los problemas digestivos que tenía. Ella sabía que, cuando iba al arenero a hacer caca, le dolía y para evitarlo intentaba buscar otro sitio: el suelo.
Para solucionarlo, lo que hicimos fue colocar otro arenero de diferentes características y con diferente arena para evitar esa asociación negativa. Cuando se sentía molesta en un arenero, dejaba de usarlo durante unos días y utilizaba el otro, y viceversa.
Otras ventajas
El tener dos areneros nos ayudará cuando queramos hacer algún cambio:
Cambio de arena: El tener dos areneros nos permite hacer los cambios de arena con mayor facilidad. Nuestros gatos son muy sibaritas y algunos rechazarán algunos tipos de arena. Si no queremos que nuestro gato deje de usar su arenero pero queremos cambiar de arena, este proceso debe hacerse lentamente. Si tenemos dos areneros podremos mantener uno con la arena habitual y colocar la nueva arena en el otro para comprobar si le gusta.
Cambio de arenero: También nos ayudará si queremos cambiar el arenero. Por mucho que cojamos el ultimo modelo en el mercado, muy cómodo de limpiar y mucho más bonito, nuestro gato solo verá una novedad: puede que le guste o puede que no. En ese periodo en el que se decide podemos optar, si solo tenemos un arenero, en mantener durante un tiempo el anterior o, si tenemos dos, cambiar primero uno de ellos.
Cambio de ubicación del arenero: A muchos gatos no les hacen gracia los cambios en casa y mucho menos si se trata de sus cosas. Puede que el arenero siempre haya estado situado en la cocina, pero ahora lo queremos cambiar a un baño. Si solamente contamos con un arenero puede que a nuestro gato le cueste unos días acostumbrarse al cambio y nos deje »regalitos» en casa. Sin embargo, si tenemos dos podemos cambiar primero uno y, una vez que se haya acostumbrado, el otro.
A nosotros nos ha ayudado mucho el tener los dos areneros, pero está claro que hay muchas casas en las que no hay espacio suficiente y que cada gato es un mundo ¿Vosotros tenéis algún truquillo? ¡Déjanoslo en los comentarios!