Es común hallar dietas específicas para alergias en perros. Sin embargo, cuando se trata de gatos, la tarea de encontrar una alimentación adecuada para aquellos con intolerancias o alergias puede ser más complicada. Esta situación podría estar ligada al hecho de que las intolerancias y alergias en gatos, a menudo, no son diagnosticadas.
Diagnóstico de problemas digestivos en gatos
Muchos propietarios optan por no llevar a sus felinos al veterinario regularmente debido a los desafíos que implica su manejo. Estos problemas se asumen, en ocasiones, como trastornos digestivos crónicos o sencillamente se tolera que el gato se rasque de forma excesiva sin buscar una solución.
Sin embargo, no es raro que un gato tenga una reacción adversa a algún componente de su dieta habitual. Es crucial entender que existe una diferencia entre alergia e intolerancia. Mientras que las intolerancias se relacionan con problemas digestivos, manifestándose principalmente en vómitos y diarrea, las alergias involucran una respuesta del sistema inmune que identifica un alimento como perjudicial.
Aunque un felino alérgico puede presentar síntomas digestivos, comúnmente desarrollará problemas dermatológicos, como otitis o conjuntivitis. De hecho, en gatos, a menudo, surgen síntomas cutáneos sin presencia de problemas digestivos.
Alimentación para gatos hipoalergénica
Dado estos síntomas, una alternativa recomendada es la implementación de una dieta hipoalergénica. Esta dieta se centra en dos aspectos principales:
- Excluir ingredientes con alto potencial alergénico como ciertas proteínas, cereales y lácteos.
- Modificar la presentación de ingredientes para mejorar su digestibilidad. Un ejemplo es la proteína hidrolizada, que se divide en fragmentos más pequeños para evitar que el sistema inmune la reconozca como dañina.
Para abordar esta necesidad, Lenda ha introducido «Lenda Sensitive & Sterilized«, diseñada específicamente para gatos. Esta receta asegura una óptima ingesta de proteínas de alta calidad, recordando que los gatos son carnívoros por naturaleza.
La receta incluye un 37% de proteína de pescado blanco totalmente hidrolizada. Se eliminan cereales y se sustituyen por ingredientes de fácil digestión como la fécula de patata, guisantes, lentejas y boniato. El krill, rico en ácidos grasos Omega 3 DHA, es otro componente valioso por sus propiedades antiinflamatorias y beneficios para el sistema inmunológico.
El pescado blanco hidrolizado, con sus propiedades antiinflamatorias, combinado con cuatro cepas probióticas y el FAEC Inmune, hacen que esta alimentación sea adecuada para felinos con problemas gastrointestinales.
Además, gracias a su bajo contenido graso, es ideal para gatos con tendencia al sobrepeso, una situación común en felinos domésticos esterilizados y sedentarios. Incluye ingredientes adicionales, como condroprotectores y antiinflamatorios naturales, también se añaden para prevenir problemas articulares, comunes en gatos con sobrepeso.